MARXISMO, RELIGIÓN DEL ODIO

MARXISMO,

RELIGIÓN del odio

imagen-1-e1443428939188-300x288 MARXISMO, RELIGIÓN DEL ODIO

Los dos símbolos que ponen de manifiesto el carácter violento de la religión marxista. Sus dioses: Materia, Revolución, Proletariado, Pueblo y Partido.La Hoz y el Martillo del marxismo, el gran símbolo del comunismo marxista, reflejan el carácter agresivo y violento de esta religión. Ambos símbolos se han resquebrajado tras el fracaso del comunismo marxista en la Unión Soviética.

El marxismo es una nueva religión, como también lo es el nazismo. Una y otra tienen la violencia y el odio como características fundamentales. El marxismo fomenta el odio al capitalista y al fascista. El nazi lo fomenta hacia lo que llama la raza judía, aunque su racismo abarca a todas las demás razas. Los dos tienen vocación mesiánica. Los dos quieren salvar a la humanidad. Uno quiere salvarla salvando al proletariado del capitalismo; el otro, salvando la raza aria del judaísmo. 

El marxismo se considera superior a todo el resto de las religiones e ideologías. Se auto-atribuye una superioridad económica y cultural, porque su doctrina, dicen los marxistas, no es ideología, como otras. Es pura ciencia. Todo lo que no sea marxista es fruto  ideológico de la burguesía. El burgués es un enfermo mental que contamina de su mal todo cuanto produce. Toda la cultura burguesa debe ser eliminada o, al menos, descontaminada. Esa cultura debe ser sustituida por la cultura de la Santa Revoluciónhttp://El Panteón de los dioses marxistas. Recuérdese la barbarie de la Revolución Cultural china.

El nazismo, por su parte, se considera, como raza aria, biológicamente superior a todas las demás razas de la humanidad. Consecuentemente su cultura es superior a todas las demás.

Una y otra religión se atribuyen a sí mismas una misión universal: salvar la humanidad de la miseria en la que se encuentra sumida. No importan las vidas humanas que tengan que eliminar para conseguir su «nueva humanidad». Ambas religiones tienen muchos elementos en común, no sólo entre sí, sino también con el yihadismo actual del EI, y con fanatismos religiosos de tiempos pasados.

Me centraré ahora en el marxismo como religión. A los marxistas no les gusta que les digan que son una nueva religión, con mucho lastre de otras religiones ya muy viejas. Ellos se creen ser la superación de todas las religiones. Su ideología ya no es una ideología ni mucho menos una religión. Sólo es ciencia, pura ciencia, dicen sus grandes maestros, aunque en realidad es mero cientificismo.

Con la descomposición de la Unión Soviética, los marxistas perdieron su horizonte y su gran argumento para luchar por la imposición del marxismo en otros países. Allí donde perdura (Cuba, Corea del Norte o China, por ejemplo) lo hace a base de imponer una rígida dictadura, un fuerte militarismo, una sociedad policial en la que cualquier «amigo» o familiar te puede denunciar como traidor al Gobierno, una situación económica en la que todos son iguales en la pobreza, aunque unos más iguales que otros (los del aparato gubernamental), y un rígido control de fronteras para que los de dentro no sepan lo que sucede fuera.

A los marxistas no les van las democracias occidentales y que ellos llaman burguesas. Sin embargo, se aprovechan de sus libertades en ellas para subir al poder. Una vez en el poder, van suprimiendo esas libertades hábilmente, poco a poco, para que el ciudadano no se dé cuenta del proceso. Tenemos un ejemplo muy claro en la Venezuela de Chaves y Maduro.

En España tenemos ahora el caso de Podemos. Los que hacían manifestaciones violentas, rompiendo escaparates, volcando e incendiando  contenedores, agrediendo a la policía, intentando tomar el Congreso de los Diputados, etc., etc., se han convertido en un partido político, aprovechando el descontento ciudadano por la crisis económica.

Prometen paraísos fácileshttp://Paraísos y utopías. Una clave antropológica, sueños irrealizables. Se camuflan bajo infinidad de siglas. Es lo suyo en las sociedades democráticas. Crean todo tipo de grupúsculos que, bajo una sigla, se mantienen anónimos. La sigla es la que aparece y que parece ser algo, aunque detrás de ella sólo haya unos pocos individuos. Luego se unen a la hora de tocar poder en las instituciones del Estado.

Con su táctica consiguen engatusar a muchos jóvenes, que ignoran esa ideología, sus métodos y su sangrienta historia. No sospechan las consecuencias que les traerá el apoyarlos con su voto.  Creen en sus atractivas promesas sin sopesar lo que ya hicieron en los países en los que lograron gobernar o están gobernando. Tenemos demasiada juventud en paro y ese es el terreno mejor abonado para que prospere esta religión. Es una pena el que nuestros sistemas educativos no informen mejor de la historia reciente de estas ideologías totalitarias. Es una pena el que profesores de Historia Moderna dediquen sus programas y sus clases a adoctrinar e imponer a sus alumnos una visión marxista de la historia. Lo sé por propia experiencia en la Universidad de Oviedo en la que impartí clases durante 36 años.

Se fomenta el odio a la «sociedad burguesa», es decir, a nuestro sistema democrático. No les van sus libertades ni sus derechos humanos, a no ser para aprovecharse de ellos y así para subir al poder.

Los marxistas se autoconsideran el nuevo Pueblo Elegidohttp://El mito del Pueblo Elegido que ha de salvar a toda la humanidad de todas sus miserias. Es el pueblo destinado a cambiar la vieja humanidad por otra nueva, aunque lo tenga que hacer eliminando a aquellos que se opongan a su misión salvadora. Las vidas particulares cuentan poco o nada. Lo que importa es el Partido y su Santa Revolución. Ésta es su gran Diosa. A ella se sacrifica a sus enemigos y se inmola a sus devotos. Unos mueren matando por Ella, los héroes rojos muy bien descritos por Ernst Bloch. Otros mueren por ser contrarrevolucionarios.

Este análisis, que pudiera parecer duro a algunos, está detalladamente documentado sobre las fuentes originales del marxismo y la observación de su conducta allí donde gobernó. Con él no quiero herir a los marxistas de buena fe, que hay muchos, sino desenmascarar a los que suben a los cargos del poder y sobre todo informar a las generaciones de aquellos jóvenes que no conocen el trasfondo de esta ideología y que fácilmente y con frecuencia se dejan engañar por sus promesas paradisíacas.

PD: A pesar de este análisis, es importante tener en cuenta esta observación de K. Popper  sobre la libertad y la esclavitud de los sentimientos:

“Es imposible que alguien abandone mediante el razonamiento una convicción a la que no ha llegado mediante el sentimiento”. 

Yo añadiría: «…  a no ser que se atreva a pensar».

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MIS PUBLICACIONES SOBRE ESTE TEMA

Avelino de la Pienda:

1992: El Panteón de los dioses marxistas. I.  Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo. ISBN: 84-7468-520-6.

1992: El Panteón de los dioses marxistas. II.  Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo. ISBN: 84-7468-745-4.

1996: Paraísos y utopías. Una clave antropológica.  Ediciones Paraíso. Oviedo.322 pgs. ISBN: 84-88472-13-7. Tiene un capítulo sobre el Paraíso Comunista.

2011: Mito del Pueblo Elegido. BIBLIOTECA NUEVA. Madrid. 287 pgs. ISBN: 978-84-9940-162-1. Tiene un Capítulo sobre el Proletariado marxista como nuevo Pueblo Elegido.

1987: «Dioses, mitos y supersticiones del Marxismo», Rev. Magister, nº 5, pp.111-150.

2000: “Esperanza y educación en la obra utópica de E. Bloch”, en Magister nº 17, pp.81-100

1997: “Materia y conciencia en el materialismo marxista”: Logos nº. 74, pp.99-124.

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PD: He terminado el volumen III de El Panteón de los dioses marxistas. Recoge el tema de La Iglesia Marxista-leninista y el santoral marxista (San Marx, San Lenin, San Mao Tsé Tung, etc.). Lleva ilustraciones en color y me gustaría publicarlo con un formato mejor que el de los dos anteriores. Necesito ayuda económica. El tema es de gran actualidad, dado el resurgir de las corrientes comunistas en España y Europa. Es muy importante des-enmascararlas.

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