LA POLITIZACIÓN DE JUECES Y FISCALES
La politización de jueces y fiscales es un tema recurrente en los medios de comunicación. La Asociación de Jueces para la Democracia y la Unión Progresista de Fiscales dejan bien clara esa politización. Sus estatutos y sus símbolos no dejan lugar a dudas. Se autotitulan «para la democracia» como si los demás jueces no fueran jueces para la democracia, puesto que son jueces de la democracia. Una vez más se manipula el lenguaje de la democracia impregnándolo de ideología izquierdista. No hay que olvidar que las distintas repúblicas de la extinta Unión Soviética llevaban en su denominación el calificativo de «democráticas», cuando en realidad eran dictaduras comunistas. Esta manipulación coge desprevenidos a todos aquellos que desconocen la historia del comunismo marxista. No quiero calificar de «comunistas» las citadas asociaciones. Sin embargo, hay que decir que rezuman ideología marxista en muchas de sus manifestaciones.
Por otra parte, el querer apropiarse del calificativo de «democrático» y el añadido de «progresista» deje ver un cierto complejo de superioridad moral, muy propio de las izquierdas actuales en España. En democracia no hay «buenos» y «malos» por principio o a priori.
Todo esto está dando una imagen muy negativa del cuerpo judicial y de la justicia en general. Esto daña los genes mismos del sistema democrático. Si ese puntal falla, todo el sistema tiembla. Esa politización es la peor corrupción que puede padecer el sistema de justicia.http://DEMOCRACIA. ERRORES Y DEBILIDADES
Jueces y fiscales son los encargados de vigilar el cumplimiento de las leyes democráticas. Si falla el vigilante, quién vigilará. Si el vigilante pierde el respeto de los vigilados, éstos no repararán en violar la ley cuando les convenga. Lo que sucede en Cataluña es un sangrante ejemplo de lo que está sucediendo en España.
La politización de jueces y fiscales se pone de manifiesto no sólo en aquellos que saltan a la política, sino también en las asociaciones de las que forman parte. Algunas asociaciones de jueces y fiscales como las citadas no disimulan su carácter ideológico. Su ideología tiñe sus actuaciones profesionales. La desconfianza hacia ellos es inevitable. Por lo tanto, no deben existir jueces ni para la democracia ni para la dictadura ni para ningún otro tipo de gobierno. Los jueces, como institución autónoma en el sistema democrático, son para aplicar las leyes vigentes y nada más. Ya sabemos muy bien que en las dictaduras los jueces están al servicio del régimen. Venezuela nos lo están confirmando bien a las claras y con Franco sucedió lo mismo, por citar dos casos de ideología opuesta.
De todos son conocidas las protestas contra la politización del Consejo General del Poder Judicial. Pero esa politización es sólo la punta del izeberg. Muchos jueces y fiscales están politizados por sí mismos. Y son los mismos cuerpos de jueces y fiscales los que deberían ser más vigilantes sobre esa politización o ideologización interna y poner los medios para corregirla. En sus estatutos deberían estar prohibidos todos los símbolos de carácter ideológico.
Todos los jueces que se meten en política o que estén afiliados a alguna asociación con marcado carácter político deberían renunciar o tener prohibido volver al ejercicio como jueces. ¿Se puede fiar un ciudadano de a pie de la imparcialidad de la sentencia de jueces como Garzón o Marlaska?
En las dictaduras, sean de un signo u otro, los jueces y los fiscales están al servicio del régimen de turno. En el sistema democrático en el que la existencia de partidos políticos es consustancial, los jueces son un cuerpo independiente, cuya misión es la aplicación de las leyes aprobadas por el Parlamento. No deberían ser propicios a ningún gobierno, del partido que sea. Es mala señal el que entre ellos surjan asociaciones marcadas ideológicamente.
Jueces y fiscales marcados ideológicamente están incapacitados para juzgar a los demás de forma neutral. Podrán tener sus simpatías políticas, pero deben guardarse de hacerlas públicas y evitar que influyan en sus defensas y acusaciones, en sus juicios y en sus sentencias.
La politización de jueces y fiscales es una de las peores corrupciones que puede padecer el sistema democrático. Y, sin embargo, se está haciendo muy poco en nuestra España democrática para evitarlo. El sistema se debilita, se pierde el respeto a la justicia. Las sentencias son puestas en entredicho. Los fiscales sufren presiones en uno u otro sentido. La figura del Fiscal General está al servicio del gobierno de turno.
Basta echar un vistazo a la web de la Asociación de Jueces para la Democracia para apreciar que rezuma ideología izquierdista por todas sus manifestaciones. La ideología de género feminista entre de lleno en sus estructuras.
Esto lleva a pensar que la denominación más apropiada para esta asociación no sería la que ostenta, que es engañosa, sino la de Asociación de Jueces para la Ideología de Izquierdas y Feministahttp://Enlace permanente: https://www.avelinodelapienda.es/violencia-de-genero-ii.
La politización de jueces y fiscales se hace evidente en el añadido del símbolo feminista. Esto hace difícil el confiar en su independencia mental cuando acusan al supuesto culpable y redactan sus sentencias o cuando lo defienden y absuelven.
Y uno no puede menos de preguntarse: ¿Sobrevivirán las democracias occidentales con estas circunstancias internas? Se las ataca desde fuera, pero sus peores enemigos están dentro.
A pesar de todo, hay que reconocer que la gran mayoría de jueces y fiscales ejercen su trabajo con una conciencia limpia de esa corrupción de la politización. Salen menos o casi nada en los medios de comunicación, pero son los que están salvando el auténtico espíritu democrático de nuestra legislación. A ellos el honor y el respeto.