¿Asturianu o chapucear castellano? II

 ¿Asturianu o chapucear castellano?

L’asturanu, un timo a los asturianos (II)http://EL ASTURIANU NO TIENE FUNDAMENTO VITAL

La lengua artificial del llamado asturianu, por muy oficial que lo quieran hacer, no deja de ser un verdadero timo a los asturianos y un despilfarro de los impuestos que todos pagamos y que se asignan a la promoción de este invento

En el organigrama del gobierno asturiano se creó en 2009 un nuevo organismo para la traducción al asturianu de la documentación oficial que se mueve en nuestro autogobierno. En plena crisis económica (y también de ideas) se crea una nueva fuente de gastos inútiles a cargo de los impuestos que pagamos todos.

Ya antes de aquellas fechas, en la elaboración de los Planes de Estudio de la Escuela Universitaria de Magisterio (ahora integrada en la Facultad de Ciencias de la Educación y Formación del Profesorado), después de muchas presiones sobre la dirección de la Escuela, se aprueba la implantación de lo que entonces se llamó Mención  del asturianu. Algo así como una asignatura oficial. Eso sí: a costa de restar horas a otras asignaturas de mucho más calado formativo como la Antropología Cultural o la Filosofía de la Educación, que abren las puertas a otras culturas y fomentan un espíritu abierto y universal. Lo contrario de lo que buscan los asturianistas: fomentar un espíritu culturalmente raquítico, cerrado y casero. Y todo eso con el agravante de que si, por ejemplo, un niño de los pueblos montañeses de Cangas del Narcea llega al colegio hablando el bable de sus mayores, tendrá que olvidarlo y aprender l’asturianu. Los pescadores de Cudillero o los de Lastres, por ejemplo, que tienen bables pesqueros diferentes (hay una tesis doctoral al respecto), tendrán que olvidarlos y aprender l’asturianu, que es el que quieren imponer como oficial.

El Gobierno socialistas de Asturias han ido concediendo, cada vez más subvenciones, más institucionalización, más oficialidad, más propaganda oficial, al invento lingüístico de este pequeño grupo, los asturianistas. Y es que alborotan mucho cuando no se les da lo que piden y hay que dárselo para que callen. Como el chupete al niño que llora. Es lo típico de todos los nacionalismos de moda en España. El victimismo es su arma. La política lingüística su excusa. El caso es auparse a cargos subvencionados de poder y a sus prebendas. Y todo a costa de los dineros de los ciudadanos.

Ya va siendo hora de que los asturianos pidan cuentas a nuestro gobierno autonómico por estos despilfarros. Sé de buenas fuentes que no todos los socialistas están de acuerdo con la promoción de esta lengua artificial ni tampoco gente del PP o de Foro Asturias. Sería un gran beneficio para Asturias que se oyera su voz.

Es una pena que se gaste nuestro dinero en promocionar ese invento mientras el analfabetismo del castellano se deja ver cada vez más en nuestros jóvenes y no tan jóvenes. Basta observar ciertos artículos de prensa, toda clase de textos en internet, la forma de hablar en emisoras de radio, los SMS de los móviles, etc. No se sabe redactar una solicitud ni expresar el propio pensamiento en un texto. Resulta que defienden mejor nuestra lengua castellana, la que nos une a todos los españoles, los suramericanos que nosotros.

Las dos grandes lenguas que nos abren al mundo: nuestro castellano y el inglés son dos grandes deficiencias en la formación escolar y universitaria.  Eso sí, dinero para la promoción del invento del asturianu no falta.

Se confunde una vez más, y no sin intención, la defensa de los intereses culturales de Asturias con los intereses de ese pequeño grupo, que reclama la oficialidad de su invento: el asturianu.

Hace falta una nueva idea de Asturias, que, si alguna comunidad española tiene más derecho que ninguna otra a ser declarada comunidad histórica, es ella precisamente. Mucho más que Cataluña, Andalucía, País vasco o Galicia. Y, sin embargo, desde que vino la democrecia, siempre hemos ido a la cola.

Asturias tiene una importantísima historia propia dentro de la historia de España. Tiene sus tradiciones, su idiosincrasia, su propio espíritu. Y a todo ello añade un dato muy positivo: no cae en el infantilismo político del separatismo, tan contrario a los tiempos de ruptura de fronteras que están configurando la nueva situación de la humanidad.  “Defender lo mío” no tiene por qué ir unido al “no quiero saber nada con lo tuyo y lo expulso de mi casa”.

Pero defender Asturias y sus intereses no es defender un artificio como el asturianu, un invento totalmente artificial, que no respeta los bables de nuestros valles. Sus defensores se han opuesto a grandes especialistas de nuestras hablas tradicionales como Jesús Neira o el mismo Emilio Alarcos, tan denostados por los asturianistas. También han marginado a conocedores y extraordinarios escritores de los tres bables dominantes como a Benigno Suárez Valdés o Emilio Barriuso. Los asturianistas constituyen un grupo de presión que busca sus prebendas en los presupuestos de nuestra autonomía, que alimenta el emborronamiento de los carteles indicadores de tráfico en nuestras carreteras, que gasta los dineros de los asturianos en lujosos folletos de propaganda, por poner sólo algunos ejemplos.

Después de mi artículo anterior (La Nueva España, 16-03-09) he podido comprobar que son muchos los asturianos, muchos más de lo que parece, que claman para que se acabe esta escalada de los asturianistas. El Gobierno Autonómico de estos últimos años es el principal culpable de lo que durante ese tiempo ha sucedido al respecto: Muchos millones sacados de los bolsillos de los asturianos para apoyar ese artificio de lengua.

Vuelvo a repetir lo que ya dije en aquel artículo: da vergüenza escuchar cómo presentadores de TPA o locutores de la COPE y de otras emisoras de radio chapucean el castellano, con una arbitrariedad que hiere. También he podido observar que el hablar asturianu para muchos es una forma de ocultar e incluso de justificar su ignorancia del castellano. En asturianu vale todo. (N’asturianu tou val)

Quiero agradecer a todos los que me felicitaron (muchos por e-mail, otros por carta y algunos en artículos) por mi  artículo anterior, especialmente a Orlando Sanz y a Julio García. También quiero hacer constar que los insultos que se me hicieron en el Blog del “eminente”  Xuan Xosé  por lo que he escrito en mi artículo antes citado  no me afectan en absoluto ni voy a perder tiempo en responderlos. A palabras necias oídos sordos, creo que es la mejor respuesta. Cuando no hay razones se recurre al insulto. ¡Mala señal!http://L’asturanu, un timo a los asturianos I

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