Las Casas de la Verdad
Todas la religiones tienen su Casa de la Verdad.
Aunque el tema es conocido para cualquiera que conozca la historia de las guerras de la humanidad, podrá observar que en todas ellas interviene un Dios de la Guerra, cualquiera que sea el nombre que se le dé. Se hace siempre en nombre de una Verdad Superior, aunque esta motivación esté camuflada bajo otras razones más manifiestas.
Cada religión tiene su Casa de la Verdad, tanto material como espiritual. Un centro principal de su actividad religiosa. En ella hace habitar su Dios Supremo y registra esa Casa como si fuera una propiedad de sus jerarcas y seguidores[1].
Creo que merece la pena una breve descripción de algunas de esas Casas como muestra de cómo el ser humano se disputa la posesión del Ser Supremo y su Verdad (toda su teología, antropología, sociología y cosmología).
Hecha la descripción, procede hacer una reflexión sobre si alguna de ellas tiene la razón o si están todas en un error provocado por la ambición de ser la primera y la única verdadera, como justificante para dominar a las demás con sus correspondientes culturas.
Procede plantear también si habrá una salida razonable y debidamente fundamentada para hacer posible una convivencia pacífica entre todas ellas.
Creo que sí la hay. Me refiero a que cada una debería aceptar el principio de relatividad cultural, que desarrollo en otros escritos. Según este principio, cada una debe renunciar a ser la poseedora en exclusiva de la Verdad y del único Dios verdadero. Debe aceptar que el Creador no es propiedad de ninguna religión en concreto.
Esto no quiere decir que cada una tenga que renunciar s su verdad o camino para desarrollar la religiosidad, que todo ser humano lleva dentro.[2] Son muchos los caminos para desarrollarla. Cada religión presenta el suyo.
Vayamos al tema de este ensayo.
Dios no crea lo sagrado. Es un universo creado por las distintas religiones. Cada una tiene sus templos y demás lugares sagrados, sus vestimentas, sus personas y sus ritos sagrados, etc. Su Dios es concebido y explicado desde el entorno sagrado de cada una: su Casa de la Verdad.
Las religiones son necesarias para dar expresión y realización concreta a la necesidad religiosa de todo ser humano. Pero su necesidad no tapa sus limitaciones y sus capacidades de abusar de su poder religioso sobre las conciencias de sus seguidores.
Cada una ofrece el camino para alcanzar la respuesta que el ser humano busca para encontrar un sentido a su vida y a todo cuanto existe. Necesita de una respuesta última más allá de la cual ya no necesita seguir preguntando. Y esa respuesta se la da la religión en la que nace y es educado.
En esa respuesta última cada religión ofrece una determinada imagen de Dios, la que mejor puede dar satisfacción a las aspiraciones del creyente. A la vez le dice dónde y cómo llegar a Él. Establece todo un universo de lo sagrado en el que están los mitos y los ritos de esa religión, los lugares donde se han de celebrar y las personas sagradas que los enseñan y practican. Hay ritos para dar un sentido al nacimiento de cada persona, a la edad de la juventud, a la de la entrada en la adultez, a la de la vejez, a la muerte y al Más Allá. Un ejemplo muy conocido son los ritos de los sacramentos cristianos.
Se trata de respuestas que la ciencia no puede dar. Están fuera del alcance de su método científico. Por eso, las religiones siempre han existido y seguirán existiendo en la vida humana.
Dios no crea los templos, pero cada religión se empeña en encerrarlo en ellos. Obligan a los fieles a acudir a ellos para orar y celebrar sus propios ritos fundamentales. Cada una suelen tener su templo central, suponiendo que tenga varios. Aquí lo llamo “Casa de la Verdad”, siguiendo la terminología de Zaratustra.
Las cuatro grandes religiones abrahámicas tiene cada una su propia Casa de la Verdad. Jerusalén, con los restos de su gran templo y el Sumo Sacerdote, es la del judaísmo. El Vaticano y el Papa como jefe infalible, la del cristianismo. La Meca, la del islam. El Kremlin, la del marxismo soviético.
Son “Casas de la Verdad”, porque cada una de ellas acoge las autoridades supremas, que imparten la “Verdad” de su religión. Su verdad se enseña como la única verdadera Verdad, la Verdad absoluta. Por eso, cada una califica la verdad de las otras (y también de todas las demás religiones) como falsas o, a todo más, como incompletas o imperfectas.
Esta creencia en la posesión de la única Verdad verdadera, presente en cada una de ellas, hace de fundamento de todo el comportamiento de las creyentes masa de cada una de ellas.
A lo largo de su historia ese comportamiento se traduce en permanente estado de tensión, que, con mucha frecuencia, se convirtió en sangrientas Guerras Santas. Esa tensión aún sigue. La guerra entre judíos y musulmanes está matando a miles de ciudadanos. Se ve a los musulmanes implorando a Alá para que les ayude a ganar la guerra. Los judíos rezan a Yahvé ante el Muro de las Lamentaciones. Cada una quiere poner a Dios de su parte y convertirlo en un “Dios de la Guerra”.
En realidad, es el mismo Dios bajo nombres distintos. La guerra entre Rusia y Ucrania es una guerra entre comunidades cristianas: La Iglesia Ortodoxa Rusa apoya a Putin y su invasión de Ucrania. La Iglesia Ortodoxa Ucraniana y los católicos de ese país apoyan a Ucrania. Se trata también de una guerra religiosamente justificada por ambos bandos. Unos y otros quieren tener consigo la Verdad.
Las expresiones “Casa de la Verdad” y “Casa de la Mentira” las he tomado de la teología de Zaratustra recogida en los Gathas, que supuestamente escribió. En esas dos expresiones se recoge todo su pensamiento religioso y moral. Lo mismo que sucede en las Casas de la Verdad de otras muchas religiones.
Aquí las tomo con sentido a la vez material (templos) y espiritual (teología correspondiente a cada uno de ellos).
La Casa de la Verdad de los judíos
El Arca de la Alianza
Recién salidos de Egipto, los israelitas construyen un arca para guardar las Tablas de la Ley, que Yahvé había entregado a Moisés y que constituían la base jurídico-religiosa de su Pueblo Elegido.
Es la primera Casa de la Verdad del pueblo de Israel. En ella se guardaba la Palabra de Yahvé.

Esta Arca desaparece cuando los babilonios, con Nabucodonosor al frente, conquistan el territorio israelita a principios del s. VI a. C. y destruyen el Templo de Salomón en el que se custodiaba. Anteriormente se custodiaba en el Tabernáculo.

La historia del templo de Jerusalén tiene su origen en la construcción del Tabernáculo, que, supuestamente, Dios (Yahvé) ordenó a Moisés que lo hiciera como símbolo de su presencia en medio de su Pueblo Elegido. Se trataba de un santuario móvil en cuyo punto principal, el Santa Santorum o Santísimo, se guardaba el Arca de la Alianza. Se construyó en el desierto, al pie del monte del Sinaí de acuerdo con las normas estrictas y minuciosas dadas por Yahvé a Moisés.
Desde el punto de vista material, se trata de una tienda, fácil de trasportar, que servía como santuario en el que los israelitas ofrecían a su Dios sus alabanzas, oraciones y sacrificios.
Tenía tres partes, que reflejan tres niveles de lo sagrado:
-Un atrio exterior al que podían acceder todos los fieles.
-Un salón o Lugar Santo. Contenía el Candelabro y la mesa con el pan sagrado.
-El Lugar Santísimo. Era el lugar por excelencia de la presencia de Yahvé, el Sancta Sanctorum. Era la Casa de la Verdad para los israelitas. En él Dios habla directamente a Moisés. Contenía el Arca de la Alianza con las Tablas de la Ley, una vasija con maná y el cayado florido de Aarón, el primer Gran Sacerdote de esta religión. (Véase Éxodo 25–30)
Es sorprendente con qué detalle Yahvé dice a Moisés cómo debe hacer el Tabernáculo, con las medidas exactas de su estructura general y de cada una de sus partes, de los vestidos sagrados, de las ofrendas, del candelabro de siete brazos, etc. El libro del Éxodo dedica cinco capítulos a su detallada descripción (del 25 al 30). Entre sus materiales abundan el oro y la plata. Y no es para menos: Se trata de la Casa de Dios o Casa de la Verdad israelita. Sólo a través de ella y en ella se puede establecer una relación directa con Yahvé.

El templo
El primer templo de los israelitas es construido por el rey Salomón en el s. X a. c. Cuando los judíos vuelven del destierro en Babilonia, construyen el segundo templo, en el año 40 a. C., obra de Herodes el Grande. En el año 70 fue destruido por el general romano Tito. Éste dejó sin destruir el muro que hoy sirve de centro sagrado de los judíos, para que non se olvidaran de la destrucción del templo.

El Templo, como continuación del Tabernáculo, es el centro de la vida del pueblo judío hasta que, tras su destrucción, los judíos se dispersaron por todo el mundo conocido.

En sus orígenes fue un muro de contención del monte del segundo templo construidos por herodes. Posteriormente los judíos lo convierten en su centro sagrado por excelencia.
Es centro de peregrinación y de oración diaria, En las grietas del mismo se meten oraciones y deseos de los fieles de este pueblo.
Ya no hay Tabernáculo ni Templo. Actualmente los judíos no tienen Casa de la Verdad o Casa de Dios propiamente.
Sin embargo, con la esperanza de construir un tercer templo, aún se conserva la clase sacerdotal. Esta clase sagrada debe estar siempre dispuesta para servir en el nuevo templo el día en que se construya. No quieren que se rompa el hilo de la clase sacerdotal
Anta el muro lamenta la destrucción del Segundo templo e imploran por la construcción de su nueva Casa de Dios o Casa de la Verdad judía.
Texto de Pagola sobre el Templo de Jerusalén y el cambio radical que promovió Jesus de Nazarez, dando lugar a un nuevo Pueblo Elegido: el cristianismo:
“Atacar el Templo era atacar el corazón del pueblo judío, el símbolo alrededor del cual gira todo lo demás, el centro de la vida religiosa, social y política.
En aquel lugar santo, signo de la elección de Israel, habita el Dios de la Alianza: su presencia garantiza la protección y la seguridad para el pueblo. Allí se hace visible la unión del cielo y la tierra, la comunión entre Israel y su Dios.
Sólo allí se puede ofrecer a Dios un sacrificio agradable y recibir su perdón. En este lugar santo, protegido de toda impureza y contaminación, se manifestará un día la victoria final del Dios de Israel.
Cualquier agresión al templo era una ofensa peligrosa e intolerable no sólo para los dirigentes religiosos, sino para todo el pueblo…
En este lugar de culto ha surgido una enorme organización mantenida por un exagerado cuerpo de funcionarios, escribas, administradores, co, personal de orden y siervos de las grandes familias sacerdotales…
…después de volver del destierro de Babilonia, algunos sacerdotes poseían ya tierras; en tiempos de Jesús, habían comprado extensas fincas y posesiones.
Naturalmente, seguían quedándose con la parte correspondiente de los animales sacrificados, presionaban al pueblo para cobrar primicias y diezmos de los productos del campo y exigían el pago anual del medio shékel de tributo.
…El templo se fue convirtiendo en fuente de poder y riqueza de una minoría aristocrática, que vivía a costa de los sectores más débiles”.[3]
Yo diría que era un verdadero negocio religioso, económico y político. Y, sin embargo, ere el centro de toda la vida de Israel y de todas las conciencias de los ciudadanos judíos.
Ésta fue la situación que Jesús de Nazarez puso patas arriba sin armas, sin poder político y sin poder económico alguno. Sólo con su mensaje en pro de los más marginados de aquella sociedad y en pro de una imagen de Dios paterna y misericordiosa con los pecadores y despreciados. Un Dios sin propietarios de ninguna clase y sin manipuladores sacerdotales. Un Dios que no necesita templos materiales ni sacrificios rituales de ningún tipo. Un dios, que no es propiedad de ningún Pueblo Elegido. Un Dios libre y abierto a todas sus criaturas.
Cualquiera puede llegar a Él, hablarle, pedirle perdón, alabar su maravillosa creación y gozar de su amor. Y todo, sin intermediarios.
Actualmente hace las veces de la Casa judía de la Verdad. Sin embargo, es actualmente un centro de división, no sólo entre judíos y musulmanes, sino también entre los mismos judíos. Los ortodoxos más radicales no quieren que las mujeres recen ante él o, al menos, ante la misma parte del mismo. Una organización de mujeres judías luchan por acceder al muro en las mismas condiciones que los varones.
En cualquier caso, está claro que los judíos están dispuestos a luchar y morir defendiendo su Casa de la Verdad. Ese muro tiene, para ellos, un carácter divino. Es un símbolo de la Palabra de Yahvé dirigida a su Pueblo Elegido. Y, en absoluto, están dispuestos a perder esa Casa ni su contenido sagrado. Actualmente, luchan a muerte contra los musulmanes, que también quieren ese simbólico muro, junto con la Esplanada de las Mezquitas, como parte de su Casa de la Verdad.
La Casa de la Verdad
de los cristianos
En la historia del cristianismo se pueden distinguir cuatro fases en la construcción de sus templos:
Primera fase sin templos: Casas particulares y catacumbas
Segunda fase con Constantino.
Tercera fase: Las catedrales y su exhibición artística:
Fase cuarta: el Vaticano y la basílica de s. Pedro.
Quinta fase: Los templos actuales meramente funcionales.
………………..
Primeros tiempos sin templos
El cristianismo, en sus primeros siglos, no tuvo un templo central en torno al cual girara su vida religiosa. Jesús de Nazarez no ordenó que se construyera un templo como el de los judíos. Su experiencia sobre el templo era bastante negativa.
Durante los tres primeros siglos no tuvieron una Casa de la Verdad. Su Verdad no tenía casa. Los cristianos se reunían en casa particulares. Cuando empezaron las persecuciones, se reunían en las catacumbas. El mensaje de Jesús no estaba encerrado en lugar alguno. Era algo vivo en el espíritu de sus seguidores.
Tiempo de las primeras iglesias
San Juan de Letrán es la iglesia más antigua del mundo en cuanto edificio. Originalmente era un antiguo palacio romano, llamado “de Letrán”. Cuando Constantino se convierte al cristianismo y cesaron las persecuciones, lo cede al obispo de Roma a `principios del siglo IV.
El palacio se convertía en el primer templo cristiano y por eso recibe el título de Cabeza y Madre de todas las iglesias. Fue la primera Casa de la Verdad de los cristianos.

A partir de este siglo IV se empezaron a multiplicar los templos-iglesias por todo el Imperio romano. Pero la dirección central de la vida de los cristianos estaba en San Juan de Letrán, sede de los Papas hasta que se trasladó al Vaticano.

A partir del siglo XIII surge la fiebre de los catedrales. Cada diócesis y cada obispo titular aspiraba a tener su propia catedral. Desde esta cátedra el obispo impartía doctrina a todos los clérigos de su diócesis. Dentro de sus límites, su magisterio era imperativo. La catedral era la Casa de Dios principal o Casa de la Verdad.
No obstante, la principal Casa de la Verdad en el cristianismo es la Basílica de San Pedro del Vaticano, en Roma. Y lo es, principalmente, desde que se declara que el Papa es infalible, cuando habla de la fe y la moral cristianas.

En esos temas fundamentales de la fe cristiana, el Papa es infalible, porque actúa bajo la inspiración del Espíritu Santo, que es el Espíritu de la Verdad. La cosa queda bien clara: La Basílica de San Pedro, en cuanto sede del Papa o supremo dirigente de la Iglesia Católica, es la Casa de la Verdad de los cristianos.
En la trastienda de esta doctrina sobre la Verdad está el convencimiento de que la religión católica es la única verdadera y que “fuera de esta iglesia no hay salvación posible”.
A mi entender, esta actitud tan autosuficiente es una clara expresión de la soberbia religiosa en la que cae también el judaísmo y prácticamente todas las religiones. Se quieren apoderar de la Verdad Absoluta e indiscutible
Se quieren apoderar del “verdadero Dios” y encerrarlo en su templo central o Casa de la Verdad de cada una.

Aquí recojo un esquema a grandes rasgos del ordenamiento de los poderes jerarquizados de la Iglesia Católica como muestra de lo que son las clases sacerdotales de la mayoría de las grandes religiones. Cada nivel tiene varias subdivisiones.
El poder religioso tiene su origen en la Divinidad Suprema. Va descendiendo y repartiéndose en distintos estamentos. Los creyentes de a pie se someten y aceptan las enseñanzas y normas de esa jerarquía sagrada. So origen divino las hace poco menos que indiscutibles, al menos en sus temas fundamentales. A la aut6oridad suprema del Papa se le atribuye el don de la infalibilidad en temas claves de la doctrina oficial de la Iglesia.
La Casa de la Verdad del islam
Todo el mundo conoce que el islán tiene como centro físico y espiritual la Meca. La peregrinación a este lugar sagrado es una de las principales obligaciones de los musulmanes. Es su Casa de la Verdad.
Es una creencia indiscutible para los musulmanes el que la Kaaba inicialmente fue construida por Adam. Posteriormente la reconstruyen Abraham primero e Ismael después. Constituye el lugar central de las peregrinaciones. La peregrinación es una de las cinco obligaciones fundamentales del creyente. Todos los que tengan medios para cubrir los gastos deben peregrinar al menos una vez en la vida.
Su nombre en árabe significa “La casa sagrada de Dios”, algo muy similar a los que es el Templo de Jerusalén para los judíos. Es el lugar central desde el que los creyentes se dirigen a su Dios Alah.
En torno a la Kaaba se construye la Gran Mezquita de la Meca, la más grande del islam, en Arabia Saudí. El interior de la Kaaba está vacío. Sólo se abre una vez al año para celebrar un rito de purificación. En su esquina Este se encuentra la Piedra Negra, una piedra sagrada del paraíso para los musulmanes.

Según la tradición, este edificio fue construido originalmente por Adam. Muy posteriormente fue reconstruido por Abraham e Ismael. Fue el primer templo del mundo dedicado a la adoración de Alah.
Los musulmanes adultos, no impedidos físicamente y con capacidad económica deben peregrinar a la meca al menos una vez al año. Allí presentan sus oraciones a Alah y dan siete vueltas al recinto en memora de los que Agar tuvo que andar para encontrar agua para su hijo Ismael.

Según la tradición, se trata de un meteorito que el Ángel Gabriel entregó a Abraham. Inicialmente era blanco, pero los hijos de Abraham lo volvieron negro por sus pecados, una especie de Pecado Original colectivo. Está ubicada junto al muro de la parte oriental del Cubo o Kaaba. Es como una turmalina a la que se le atribuyen muchos poderes protectores tanto físicos como espirituales. Se le atribuye un poder mágico en virtud del cual nos protege de cualquier enemigo espiritual o material. Besarla equivale a una expiación de los pecados.

Aunque algunos comentaristas digan que la mezquita no es para los musulmanes la Casa de Dios, porque en ella no hay imágenes de ningún tipo, el nombre de la Kaaba en árabe dice todo lo contrario. Su nombre en árabe significa “la Casa sagrada de Dios” y tampoco en ella hay imágenes. El islam es, según cierta tradición, una religión sin imágenes, tanto esculturas como pinturas. Sin embargo, son bien conocidas las pinturas de Mahoma en muchas mezquitas y en edificios públicos, como en la plaza central de Teherán.[4]
Las mezquitas son para la oración y adoración de Alá. También son centros de educación religiosa. En ellas se estudia el Corán como guía fundamental de toda la vida musulmana. Son, por tanto, verdaderas casas del dios musulmán Alah. La principal de todas ellas es la Gran Mezquita de la Meca en cuyo patio central está la Kaaba.
El Kremlin
La Casa de la Verdad
del comunismo soviético
El Kremlin tiene una rica historia, que nada tiene que ver con el comunismo marxista. Cuando triunfa este comunismo en 1917, sus jerarcas soviéticos lo convierten en la gran Casa de la Verdad de esa nueva religión. Pasa a ser el centro de todo el poder soviético: doctrinal-religioso, político y económico. Desde él se imparten toda clase de directrices para todo el nuevo Imperio Soviético (la URSS) y todas sus sucursales en otros países. Los distintos partidos políticos fuera de la Unión Soviética estaban estrechamente controlados por el Kremlin.
La cima de su jerarquía la ocupa el Politburó en el entretiempo que va de un pleno a otro del Comité Central. Dirige el Magisterio de la ideología (religión marxista) y la política. Su Secretario General llevaba las riendas del Partido y del Gobierno.
Los órganos principales del poder son tres: el Soviet Supremo, que ostenta el poder civil y administrativo; El Partido (PECUS) que tiene el poder político, y el Ejército o poder militar. En realidad, todo está controlado por el Partido.

Su organización jerárquica es muy similar a la de cualquier religión abrahámica (judaísmo, cristianismo o islam).[5]
El Partido es infalible cuando habla de la doctrina comunista marxista, de moral o de justicia. Es el poseedor de la nueva Verdad, su maestro y vigilante de su ortodoxia. Enseña la única verdadera historia dialéctica de la humanidad, que culmina en el Paraíso Final Comunista.
Es una religión universalista, como la católica. Aspira a convertir a todos los pueblos de la Tierra. Su universalismo se refleja en el escudo oficial de la Unión Soviética.

En la Plaza Roja está el mausoleo de Lenin, embalsamado. Es un centro de peregrinación al que visitan comunistas de todas las naciones en las que existe esta religión. Es un centro de devoción religiosa como lo es, por ejemplo, el sepulcro de Santiago en Galicia.

La Internacional comunista,
un himno que se canta con verdadero fervor religioso
Arriba los pobres del mundo
en pie los esclavos sin pan
alcémonos todos al grito
¡Viva la Internacional!
Removamos todas las trabas
Que oprimen al proletario
Cambiemos al mundo de base
Hundiendo al imperio burgués.
Agrupémonos todos
en la lucha final
y se alzan los pueblos
por la Internacional.
Agrupémonos todos
en la lucha final
y se alzan los pueblos con valor
por la Internacional.
El día que el triunfo alcancemos
ni esclavos ni dueños habrá
los odios que al mundo envenenan
al punto se extinguirán
El hombre del hombre es hermano
derechos iguales tendrán
la tierra será el paraíso
patria de la humanidad.
Agrupémonos todos
en la lucha final
y se alzan los pueblos
por la Internacional.
Agrupémonos todos
en la lucha final
y se alzan los pueblos con valor
por la Internacional.
Se puede observar el sentido escatológico de texto, la invitación a una guerra santa por parte del Proletariado. Se trata de la lucha final o escatológica como en las otras religiones abrahámicas, y de la venida del paraíso final comunista. Tiene un claro sentido católico o universalista.
Himno nacional de Rusia
Desde el 30 de diciembre de 2000
Rusia, nuestra patria sagrada,
Rusia, nuestro amado país.
Una poderosa voluntad, una gran gloria
¡Son tu herencia por toda la eternidad!
Estribillo:
Sé gloriosa, nuestra patria libre,
La eterna unión de pueblos hermanos,
¡La sabiduría popular dada por nuestros antepasados!
¡Sé glorioso, país! ¡Estamos orgullosos de ti!
Desde los mares del sur hasta las regiones polares,
Se extienden nuestros bosques y campos.
¡Eres única en la faz! Eres inimitable —
Protegida por Dios, tierra natal.
Estribillo
Un vasto espacio para soñar y vivir,
Nos abren los años futuros.
Nos da fuerza la lealtad a la Patria.
¡Así fue, así es y así será siempre!
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La Casa de la Verdad
del gran Imperio Jemer
Los templos de Angkor. Camboya. Casa de la Verdad del Imperio Jemer. ……………………………………..
Los Templos de Angkor (s. XII d. C.) constituyen unos de los mayores complejos arquitectónicos político-religiosos que ha construido el ser humano. El complejo tiene más de cien templos, cada uno con su grandiosidad particular. Pero no todos tienen la misma categoría. El más importante es el templo Angkor Wat. El gran Imperio Jemer estaba organizado, espiritual y materialmente, en torno este conjunto arquitectónico. En 1992, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
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El templo Angkor Wat está dedicado al dios hindú Vishnú.[6] En la versión jemer del hinduismo sólo existe un único Dios, que es el centro de toda la vida de los jémeres y de todo acontecimiento terrenal. Se le dedicó una gran estatua en la entrada occidental. Ante ella presentan sus ofrendas los actuales seguidores de esta corriente hinduista.
Este templo se toma como una representación del Monte Meru, montaña sagrada y sede de los dioses del hinduismo. Estaba rodeado de un foso que representa el océano cósmico y la separación entre el mundo de los dioses y el de los hombres.
Posteriormente, se dedicó al budismo y se le añadieron numerosas grabaciones y esculturas de Buda.
Su cúpula central estaba alineada con la posición del Sol en el equinoccio de primavera. En esos días se celebraba una gran fiesta dedicada al dios Vishnú, para que bendijera el Nuevo Año y diera fecundidad a las cosechas y a las gentes.
Actualmente, tras su descubrimiento y recuperación, ha vuelto a recobrar vida, para celebrar la gran fiesta de primavera y regenerar la espiritualidad de este lugar. Además, se ha convertido en una atracción turística, que cada vez tiene más visitantes.
Este templo y todo el conjunto constituía la gran Casa de la Verdad del Imperio Jemer. Hay que tener en cuenta que en aquella cultura no había separación entre poder político y poder religioso. La religión y sus creaciones impregnaba todo su universo cultural. La teología (la visión de la Divinidad), la antropología (la visión del hombre) y la cosmología (la visión del cosmos) irradiaban desde esta Casa a todo el pueblo jemer: a su sistema educativo, a su forma de gobierno, a todo el engranaje de su economía, a todas y cada una de sus otras creaciones culturales.
Aquella gran Casa ya no goza de la importancia y centralidad que tuvo en aquel imperio. No obstante, su contenido religioso supervive en el hinduismo y en el budismo actuales de Camboya.
La Casa de la Verdad de la religión egipcia
Templo de Karnak.
Amón
Los dioses más conocidos de la cultura egipcio fueron Isis, Osiris, Horus, Ra, Hathor, Bastet, Thot, Anubis, Ptah y Amón. Habría que citar a Atón, dios único en la reforma religiosa del faraón Akhenatón.
Entre todos ellos fue el dios Amón el último en dominar aquella religión y el que mayor expansión tuvo, incluso fuera de Egipto. A él fue dedicado el gran templo de Karnak, última Casa de la Verdad de esa religión.
Este templo era algo así como el Vaticano del gran Egipto. En él se concentraba la teología, el poder religioso, político y económico del imperio egipcio. Amón era el “dios de los ejércitos”, que acompañaba al faraón en sus batallas. Los faraones acudían a él cada vez que tenían que librar alguna guerra. En ese sentido era el centro del centro de todo poder.
También se dice que era defensor de los derechos de los pobres y protector de los caminantes. Defendía los principios de maat: bondad, verdad y justicia. En uno de sus himnos se dice que
viene a la voz del pobre en angustia, que da aliento al que es miserable … Tú eres Amón, el Señor del silencio, que viene a la voz de los pobres, cuando le llamo en Mí misericordia, viene y me rescata … Aunque el siervo estaba dispuesto a hacer el mal, el Señor está dispuesto a perdonar. El Señor de Tebas no pasa un día entero en cólera. Su ira pasa en un momento. Vuelve a nosotros en misericordia. Que tu ka[7] sea amable, que perdones, no volverá a suceder.
Señor de la verdad, padre de los dioses, creador de los hombres, creador de todos los animales, Señor de las cosas que son, creador de la plantilla de la vida.[8]
Amón es el Señor de la Verdad y el templo de Karnak es su Casa de la Verdad.
Su clase sacerdotal gozaba de una poderosa influencia sobre el faraón y sobre toda la sociedad. Ella era la trasmisora de la Verdad de esta religión, que, como se ve en el texto citado, también tiene mucho que enseñarnos. La atención de Amón a las súplicas de los pobres y los miserables tiene un tono muy similar a la preferencia de Jesús de Nazarez por los más marginados de la sociedad.
NB: Al fin y al cabo, el ser humano es el mismo y su necesidad de un Ser Absoluto es común a todas sus religiones. No es de extrañar que haya elementos comunes entre ellas. Ellos constituyen unan base importante para un diálogo interreligioso auténtico. Sería un diálogo a nivel de principios y no sólo de ritos y normas superficiales.
PUEBLOS SIN CASA DE LA VERDAD
La Casa de la Verdad en el desierto
Los tuareg
La jaima es la vivienda de los nómadas tuareg. Dada su forma de vida trashumante no tienen templos religiosos propiamente dichos. Tampoco tienen casas fijas. Sus viviendas, la jaima, son tiendas desmontables de piel y pelo de camello, cabra y esparto. Son fáciles de armar y desarmar. Son de forma triangular para que ofrezcan menos resistencia a los vientos del desierto. No se dan jaimas aisladas. se establecen en grupos de tres o más.
En la jaima y su entorno se desarrolla la vida familiar. La mujer trabaja en ella, cocina fuera y cerca de ella, y es la encargada de la formación de los niños. El marido es el encargado del pastoreo de ovejas, cabras y camellos. Puede pasar varios días alejado de su familia. La sociedad es matrilineal en temas de herencia. Su religión es una mezcla de islam y religión tradicional.
Sus asentamientos se suelen situar en torno a un oasis, asegurándose de tener agua y poder aprovechar los frutos de las palmeras.
Como se puede ver, esta forma de vida no es propicia para tener un gran templo central o Casa de la Verdad. Su religiosidad se vive en las jaimas y al aire libre.
La Casa de la Verdad en el hielo
Los esquimales inuit
La Naturaleza
En el hielo del Ártico no proceden los grandes templos. Veamos cómo es la Casa de la Verdad de los inuit de Groenlandia. Nos lo cuenta el chamán Angaangaq[9] en su libro Escucha la voz del hielo. Subtítulo: La magia de la sabiduría ancestral de los inuit.
Aquí recogeré lo más esencial de su visión del cosmos, de Dios, de la Madre Tierra con sus piedras, sus plantas y sus animales, y, principalmente, del ser humano y cómo éste expresa su religiosidad.
A diferencia de los grandes templos o Casas de la Verdad anteriores, en este caso de los inuit es necesario recoger los rasgos fundamentales de su visión del mundo para poder entender su Casa de la Verdad. Se trata de una visión aún muy desconocida en el mundo occidental. Se religión es calificada como animista, porque ve espíritu en todas las formas de seres: rocas, plantas y animales. Para los inuit, todas tienen alguna forma de espíritu. Y, consecuentemente, se portan ante ellas como si fueran poseedoras de cierta personalidad, que hay que respetar: así sucede con el espíritu de la ballena, de la foca, del caribú, etc. Es otra visión de la realidad muy distinta a la del hombre occidental. Es otra manera de ver la Verdad.
Para empezar, he de decir que da importantes lecciones a un mundo occidental dominado por todo tipo de máquinas; sobre todo por las cibernéticas. La profecía de Hussley en su libro Mundo Feliz, por desgracia, se está cumpliendo. Es precisamente lo que el chamán Angaangaq confirma en su libro.
Al relatar la sabiduría inuit que quiere trasmitirnos cita siempre a su abuela, a su madre y demás antepasados. Como él dice, se trata de unas creencias y conocimientos que tienen miles de años y que se ven amenazados por la influencia de la nueva cultura occidental.
Para empezar, sobre su Casa de la Verdad dice citando a su abuela: “Mi camino no es el único camino”.[10] Todo lo contrario de lo que dicen de sí mismas las Casas de la Verdad de las religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo, islam y marxismo. La Iglesia Católica resume esa visión de la Verdad diciendo: “Fuera de la Iglesia no hay salvación”. (Extra Ecclesiam, nulla salus). Es decir, se considera a sí misma como poseedora en exclusiva de un único camino para llegar a la Verdad auténtica
Su teología o visión de Dios
Como he desarrollado anteriormente, cada Casa de la Verdad tiene su propia visión de Dios. Para comprender la Verdad de cada una es imprescindible conocer su visión de Dios. En la Verdad de los inuit, Dios es el Uno Grande, que ha creado todas las cosas.[11] El gran templo de la Verdad está en la creación misma con todos y cada uno de sus seres.
El inuit hace que toda la Creación, todas y cada una de sus criaturas, dirijan su oración propia al Uno Dios. Hace orar a las piedras, las plantas y los animales. Los une a su propia oración humana. El inuit ora junto con cada una de ellas como si todas tuvieran un espíritu similar al suyo.
Esta visión animista de las cosas hacen propicia una visión optimista de la realidad.[12] Es un optimismo religioso que Agaangaq transmite en su libro. Es una forma de orar que está al alcance de todos, pero que es necesario aprender. Enseñar a orar desde la Naturaleza es una de las principales misiones del chamán.[13]
Por otra parte, para Angaangaq, orar juntos es muy importante:
¡Y ora junto con otros¡ Si cantamos juntos, nuestro cántico subirá al Gran Cielo.
Por otra parte, Angaangaq dice que para orar no necesita de iglesias u otros templos para nada. Creo que merece la pena citar algún texto suyo al respecto. Dice, por ejemplo:
Para mis oraciones no necesito ninguna iglesia. No subo a un Cerro. Lo veo cada día, pero no subo cada día a su cima. Cuando subo a su cima es para hablar con mi Creador. Busco la intimidad del diálogo con Él. Y entonces le abro mi corazón. Y estoy en casa, como debería estarlo también en la iglesia… La iglesia más grande de este mundo se llama Naturaleza.[14]
Parece, por tanto, que la Casa de la Verdad de los inuit no es un gran templo construido por los humanos. Es la Naturaleza en cuanto es obra del Creador.
No obstante, también tienen una especie de Casa de la oración y de las ceremonias. Es lo que llaman La cabaña de sudación.[15]

Se trata de una cabaña hecha de pieles, principalmente de oso blanco y foca, completamente cerradas. En el exterior y cerca de ella hay un agujero. Se enciende un fuego y se le arriman unas piedras seleccionadas anteriormente. Cuando estén al rojo vivo se echan en el pozo interior a la cabaña. Se vierte agua sobre ellas y se produce un intenso vapor, como en las saunas de Occidente.
Los que están en el interior, completamente a oscuras, reciben dos curaciones o dos purificaciones: la del cuerpo con el vapor y la del espíritu con sus oraciones. La ceremonia puede durar varias horas. Como dice Angaangaq,
En la cabaña de sudación
Puedes hablar, llorar, reír
Y conversar tranquilamente
Con tu Creador.
El chamán
El chamán de lo inuit no es un mago o encantador, dotado de fuerzas sobrenaturales. Es un hombre como los demás. En cierto modo, es elegido por el pueblo del que forma parte. Si acepta el cargo, debe hacerse responsable de las muchas exigencias que le impone. Es como un director espiritual que se pone al servicio de la vida interior de los demás. Ayuda a que cada uno se conozca a sí mismo, sus capacidades, y a escoger el camino para desarrollarlas mejor: el Camino de la Verdad.[16]
Angaangaq dice expresamente que, según el concepto correcto de chamán, el Dalai Lama o San francisco de Asís son verdaderos chamanes. Con esta comparación deja bastante claro qué significa se chamán.
En este sentido, dice del hombre occidental actual que es un ser humano completamente alienado, sin vida interior, sin personalidad propia, dominado por sus propias máquinas. Un hombre al servicio de la máquina y sin inquietud por conocerse a sí mismo”.
La doctrina inuit da mucha importancia a que cada uno se conozca a sí mismo y recuerda el oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”.
CONCLUSIÓN
Cada Casa de la Verdad es como un recinto cerrado. Fuera de él, todo es profano o extranjero. Suelen tener acceso limitado a los creyentes respectivos.
Las Casas de la Verdad suelen destacar por su grandiosidad. Son una forma de expresar la grandeza del dios al que están dedicadas y que supuestamente habita en ellas. El creyente dedica a su Dios lo mejor que tiene. En ellas trabajan los mejores arquitectos, pintores y escultores. A ellas se dedican las mejores telas, los metales más valiosos y las joyas más preciosas. A Dios no se le regatea nada.
En ellas se centran los ritos más solemnes. Se ofrecen los sacrificios en los que se presentan vegetales, animales e incluso seres humanos. Dentro de ellas todo se vuelve sagrado y digno del mayor respeto. Desde ellas se inicia el camino más directo hacia Dios. Son el lugar más digno para hablar con el Creador. Son el centro de la Verdad de cada religión. En ellas se enseñan las ideas y dogmas fundamentales de cada una.
Vasta visitar la basílica del Vaticano y, sobre todo, la Capilla Sixtina. Si entrara un profano y le tuvieras que explicar cada imagen o pintura, cada estructura interna como, por ejemplo, la pila del bautismo, el púlpito, el confesionario, las velas o el altar donde se celebra la Santa Misa, tendrías que echar mano de un buen conocimiento de la teología católica, que se vierte en ellos.
Si entras en una Casa de la Verdad cuya religión no conoces, podrás admirar su grandiosidad y sus creaciones artísticas, pero no entenderás nada de toda su simbología teológica.
Los arqueólogos que investigan los grandes templos del pasado necesitan estudiar su teología o imaginársela para poder interpretar cada piedra.
La gran Casa Central de la Verdad se despliega en los iglesias y templos, que proliferan allá a donde cada religión se expande.
Cada Casa de la Verdad tiene su propia clase sacerdotal, que ejerce su magisterio sobre la comunidad religiosa correspondiente. Y, por ser una clase sagrada, está minuciosamente jerarquizada, igual que lo están los ejércitos de cada nación. En ninguno de los dos casos está permitido el sistema democrático. En las culturas en las que no se distingue entre religión y resto de la cultura, la cumbre de esa jerarquía la ocupa la misma persona. Son ejemplos los emperadores persas, el faraón de Egipto, los emperadores romanos, los jefes supremos en los países musulmanes, etc.
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La perspectiva de fondo de este ensayo, como se puede ver, el poner de manifiesto una vez más el principio de relatividad cultural aplicado, en este caso, a las que llamo Casas de la Verdad.
19-04-2025
[1] Véase mi libro El mito del Pueblo Elegido. BIBLIOTECA NUEVA. Madrid. 2011.
[2] Véase mi libro: El Problema de la religión. Edit. Síntesis. Madrid. 1998.
[3] J. A. Pagola: Jesús. Aproximación histórica. PPC. Madrid. 2013, p. 371- 373.
[4] Véase el artículo de Christiane Gruber: Las imágenes de Mahoma en el islam. Wikipedia. Cuadros, murales, libros y películas sobre el Profeta creados en Irán desde 2006 demuestran la inexistencia de una prohibición universalmente aceptada de las artes figurativas en el islam.
[5] Véanse mis publicaciones al respecto.
[6] El emperador que promovió la construcción de este complejo arquitectónico fue Suryavarman II, devoto del dios Vishnú, como único dios. Sustituye a Brahman como Ser Supremo del hinduismo ortodoxo. Según su teología, el vaishnavismo, los demás dioses sólo representan distintos aspectos de este dios único. Y es que su inmensidad es tal que la mente humana sólo lo puede expresar separando distintos aspectos del mismo y dando un nombre divino distinto a cada uno.
[7] El ka en la antropología egipcia es el principio vital o espíritu de una persona. El hombre poseía, además, el ren o nombre, el ba, personalidad o alma, el akh o espíritu, y el shuyet o sombra. Se trata de una antropología algo más complicada que la griega a la que estamos acostumbrados. En esta, en el ser humano confluyen tres principios vitales o almas: vegetal, animal y racional.
[8] Véase artículo en mi web “La clase sacerdotal egipcia y su gran poder”.
[9] Angaangaq: Escucha la voz del hielo. La magia de la sabiduría ancestral de los inuit. Ediciones URANO. Barcelona. 2011. Angaangaq es un chamán, líder de los pueblos esquimales.
[10] La posición de la mujer en esta cultura es muy importante. Incluso tienen una fiesta de las abuelas. Ellas transmiten las creencias y conocimientos de los inuit de una generación a otra. Angaangaq, o. c., p. 14. En esta cultura, probablemente repugnaría nuestro feminismo occidental más radical. No lo consideran necesario en absoluto.
[11] Sobre el Uno Grande (el Creador) Angaangaq: o. c., pp. 15, 20,
[12] Angaangaq, o. c. p. 19s.
[13] Aprender a ver al Creador en su Creación debería formar parte fundamental de la educación religiosa en las religiones abrahámicas, demasiado encajonadas en sus templos y en sus clases sacerdotales.
[14] Angaangaq; o. c., p. 23. Apropósito de su manera de entender la oración, tiene unas observaciones, que parecen calcadas del Evangelio de los cristianos.
Orar no significa pedir a Dios esto o aquello. Orar significa: abro mi corazón a mi creador…
Son muy pocos los hombres que oran así. La mayoría se dirigen al Creador como a un amigo al que le piden algo y del cual suponen que procurará concederles lo que piden. Luego se sientan y aguardan hasta el final de sus días a que aquello ocurra. Esperan un milagro. Pero el tiempo de los milagros ha pasado…
Dicen los ancianos: una oración sin obras carece de valor. Si no hago seguir una obra a mi oración, ésta será un palabreo vano. Cualquiera puede decir palabras altisonantes. Pero muy pocos son capaces de hacer que las obras sigan a sus palabras… (Idem, o. c., p. 22).
La teología de Zaratustra tiene el lema fundamental que dice: “Buenos pensamientos, buenas palabras y buenas acciones”. En la teología católica se dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”. O el dicho popular: “Obras son amores y no buenas razones”.
[15] Angaangaq, o. c., pp. 59-62.
[16] Idem, o., c., pp.25-27.