El mito «científico» del Big Bang

El mito «científico»
del
BIG BANG

Big-Bang El mito "científico" del Big Bang
El «mito científico» del Big Bang es una teoría que se vende como ciencia sobre los orígenes del Universo. Sin embargo, es mas bien una teoría meta-física como la de los mitos de los orígenes        …………………………….

 

Comentario
a las preguntas 136-150 del libro


225 PREGUNTAS SOBRE LA NATURALEZA DEL UNIVERSO[1]

 

CONCEPTOS PREVIOSaturales

NB: SE hacen imprescindibles algunas repeticiones dada la naturaleza de la pregunjtas. 

Materia y energía se entienden como dos realidades diferentes, aunque, desde una perspectiva histórica y filosófica, se puede decir que toda materia es energía y toda energía física es materia. Sin embargo, la física actual distingue entre ambos conceptos. La energía se identifica con la radiación o parte dinámica del Universo. La materia es la misma energía cuando se estabiliza formando estructuras estables: toda clase de cuerpos que constituyen el Universo: estrellas, planetas, galaxias, cúmulos.

El momento originario del Universo sólo consistía en energía infinitamente concentrada en una especie de Átomo Primigenio en el que ninguno de los elementos que constituyen el actual Universo estaba aún diferenciado. No había partículas ni fuerzas distintas ni estructura alguna. Sólo había una especie de plasma totalmente caótico. Aún no había materia.

En realidad, todo es materia en dos estados diferentes: estado desestructurado o de radiación y estado estructurado. Como la radiación sigue existiendo, hay que concluir que no toda la energía del Universo ha pasado al estado de materia, es decir, de un estado desestructurado a un estado estructurado.

Lo que actualmente se llama Big Bang es una teoría (hay otras), que intenta explicar el origen del Universo y que, en boca de Stephen Hawking, hace innecesaria la hipótesis de un Ser Creador o Dios.  El astrofísico Fred Hoyle fue el que le dio el nombre de “Big Bang” o Gran Explosión, precisamente burlándose de ella.El mito «científico» del Big Bag

Parte de la hipótesis de que al principio sólo existía una especie de realidad infinitesimal y que tenía una densidad infinitaEl infinito matemático es contradictorio. George Lemaître la llamó Átomo Primigenio. Tenía una altísima temperatura, que en términos de M. Planck sería de 1032 grados kelvin (K).

Esa primera realidad del universo se puede entender como una diminuta bola de fuego, que, en un momento dado y sin saber por qué, explota y se expande a una velocidad asombrosa. A medida que se expande, se va enfriando y se van formando las partículas subatómicas, que luego formarán los átomos y éstos, la materia estructurada en la forma en que hoy la vemos. ¿Cada salto hacia adelante es una simple suposición?

Sobre las características de esa bolita inicial, dice Mariano Abril Domingo [2]) que

la densidad de materia y energía por unidad de volumen y el tejido del propio espacio-tiempo se hacen infinitos de modo que las ecuaciones de la física que hoy conocemos no se pueden aplicar. ¿Otra suposición?

Esa misma expansión va creando (eso dicen sus defensores) el especio y el tiempo. El Universo se va creando a sí mismo.

Yo entiendo esa “creación” como sigue: No podemos concebir que haya expansión, si, a la vez, no pensamos  espacio y tiempo. Son conceptos inseparables. A medida que se expande, crea espacio y, como es movimiento, implica tiempo. No hay movimiento sin tiempo ni expansión sin espacio.

Los partidarios de esta teoría hablan de la “curvatura espacio-temporal”, dando a entender que la expansión tuvo lugar en forma de globo, uniformemente desde el punto inicial. No obstante, no deja de ser otra suposición ya que ellos mismos sostienen que en el estado inicial no existían las leyes físicas del mundo actual. Si surgen al expandirse, como dicen, habría que explicar por qué surgen y cómo. De lo contrario, estaríamos ante otra suposición.

Esa explosión tuvo lugar, según dicen, hace unos 13.000 millones de años.

El cómo se fue expandiendo ese “Átomo Primigenio” o bolita de fuego no deja de tener un cierto aspecto milagroso en el sentido de que esa expansión va dando pasos sin saber el porqué de cada uno. Aparecen las partículas subatómicas en un momento dado. En otro momento se forman los átomos y aparecen las otras tres fuerzas fundamentales del Universo actual, etc., etc.

En la lógica de los mitos de los orígenes, la explicación de éstos se hace de manera que expliquen el Universo tal como en cada momento de la historia en el que se desarrollan. Cada cultura y, dentro de cada una, cada religión, explica el origen del Universo con mitos que están condicionados por el conocimiento y la experiencia vital de cada pueblo. Cada mito tiene su propio lenguaje y su propio juego de conceptos. Cada uno tiene sus propios fundamentos en los que se apoya el ser humano que lo crea.

El mito del Big Bang está sujeto a la misma lógica interna que los demás. En él el fundamento científico (el verificable) es muy limitado y también está envuelto en una nebulosa mítica. Así que trataré el Big Bang como un moderno mito de los orígenes.

Pregunta 136

«¿Qué es el Big Bang?»

La propiedades atribuidas a la bolita de fuego originaria son las siguientes:

-“Infinitamente” pequeña (infinitesimal); es decir, todavía podría haber sido más pequeña, según el concento matemático de “infinito”, que, en relidad, sólo es un infinito potencial.

-Infinitamente densa; es decir, aún podría ser más densa.

-Infinitamente caliente; es decir, aún podría ser más caliente.

-Totalmente uniforme: no existían en ella ni las partículas elementales ni los átomos, etc. No existía orden alguno, ni tampoco espacio y tiempo. Era como un “plasma originario”, sin diferenciación interna alguna. En ella no se daban  las fuerzas fundamentales del Universo actual. No existían las leyes de la física hoy conocidas, excepto la de la gravedad. Un verdadero caos. Por todas esas razones se le da el nombre de Singularidad”. Es algo único, como si fuera una divinidad.

-En el mismo momento de la explosión se crea el tiempo.

-El espacio se va creando a medida que se produce la expansión que sigue e la explosión originaria.

-Al mismo tiempo que el Universo se va expandiendo la temperatura se va bajando. Se da un proceso continuo de enfriamiento.

Los “infinitos” que se manejan aquí se entienden como infinitos matemáticos, que no equivalen al infinito teológico. El infinito matemático se refiere al hecho de que cualquier serie, como la de los números por ejemplo, se puede ampliar indefinidamente. Se trata, por ejemplo, de un infinito lineal. Una línea que se puede alargar indefinidamente. Creo que sería más exacto decir que se trata de un infinito indefinido, de tamaño no definido, pero con un determinado tamaño. En cualquier caso, siempre se trata de una cantidad, que puede ser aumentada. Es, por tanto, un infinito relativoun infinbito potencial, no real. 

No hay que olvidar que las matemáticas siempre tratan de cantidades y éstas siempre tienen un límite.

El Infinito teológico excluye toda noción de cantidad. Sólo se aplica al Ser Absoluto de la Filosofía y al Dios de la Teología. En este caso no se puede hablar de aumento indefinido de una determinada cantidad, sea una línea, una serie numérica o cualquier otra cosa. El Ser Infinito no tiene cantidad. Por tanto, no cabe la idea de aumentar su tamaño.

……………….

Pregunta 137

¿En qué estado comenzó el Universo?

La bolita originaria se define como

“un punto del espacio-tiempo de curvatura infinita, donde la gravedad (o la densidad o la geometría, magnitudes físicas relacionadas con los campos gravitatorios) es infinita …”.

De acuerdo con el concepto matemático de “punto”, la bolita no tiene dimensiones. Al ser la “curvatura del espacio-tiempo infinita”, aún no existe en ella ni el espacio ni el tiempo. Como se dice en otra de las preguntas, el tiempo empieza en el momento de la explosión, y el espacio se va creando a medida que se produce la expansión tras la explosión.

Por otra parte, si la bolita existía sin espacio ni tiempo, no se puede preguntar ni «dónde» estaba antes de explotar ni «cuando» explotó. Sin embargo, se dice que hace 13.ooo millones de años que explotó (edad actual del Universo).

Se dice también que la gravedad de la bolita es infinita, no tiene un límite fijado. Cabe preguntar sobre qué se ejerce esa gravedad, si la bolita no tiene dimensiones. Se dice también que la densidad de la bolita es infinita. Pero la densidad siempre es densidad de algo. Ese “algo” dicen que es como un “punto” y, por tanto, no tiene dimensiones. Parece, entonces, que no existe densidad alguna. La densidad de “nada” es nada.

 

Pregunta 138

¿Qué existía al comienzo del Big Bang?

De esta pregunta sólo quiero destacar la idea de que la expansión de la bolita no tiene lugar en un espacio y tiempo preexistentes, sino que va creando ambos a medida que se va expandiendo. Da la impresión de que la bolita lo va creando todo a partir de la nada. Esa es la afirmación clave de las distintas teologías bíblicas (judía, cristiana y musulmana). Dios lo crea todo a partir de la nada (ex nihilo sui et subjecti), dice la doctrina oficial de la Teología católica..

Abril Redondo afirma:

Al comienzo del Big Bang no existía nada: ni siquiera el espacio, ni siquiera el tiempo, nada. Incluso no es una buena representación una página en blanco. La única representación aceptable habría sido arrancar  esta página[5].

 

Pregunta 139

¿Qué teorías existen sobre el origen del Universo?

El simple hecho de la existencia de varias teorías es una clara prueba de la inconsistencia de la teoría del Big Bang. Abril Domingo recoge cuatro, que no voy a repetir aquí[6]. Se pone como argumento principal de la teoría del Big Bang el de la actual expansión del Universo descubierta por Hubble. Sin embargo, esa expansión se puede explicar perfectamente con la segunda teoría: la teoría del Big Bang- Big Crunch. Según esta teoría, el Universo tiene dos fases que se repiten cíclicamente: la de expansión y la de contracción, una especie de sístole y diástole. Por tanto, tomar la expansión actual para confirmar le teoría del Big Bang no parece muy convincente. Algo parecido se puede decir del otro argumento, el de la “radiación cósmica de fondo”.

 

Pregunta 143:
¿Cómo se formó el Universo?

Tras el Big Bang, sólo existía la materia en estado de radiación. Las cuatro fuerzas de la Naturaleza (gravedad, electromagnetismo, fuerza fuerte y fuerza débil) no estaban diferenciadas. Sin embargo, se dice que tenía una gravedad infinita, aunque no se aclara sobre qué actuaba esa gravedad.

A medida que aquel Universo radiactivo se fue enfriando, se fueron formando las distintas partículas atómicas y los distintos átomos. Al mismo tiempo, se fueron diferenciando las cuatro fuerzas citadas, pero no se explica cómo: de qué parten y por qué se separan. Antes de diferenciarse se dice que eren una sola fuerza, pero no se sabe en qué consistía esa fuerza originaria.

Reducirla a una  no parece cosa fácil. Desde hace algún tiempo los físicos intentan encontrar la forma de unificarlas en una sola, pero aún no lo han conseguido ni parece que lo tengan a su alcance. Ese es el objetivo de la teoría del todo. Pero la fuerza de la gravedad se resiste a esa unificación. No hay manera de encajarla en una unificación de las cuatro.

La época de la radiación duró unos 200.000 años, poquísimo tiempo desde una visión cosmológica. Además, se trata de cantidades temporales absolutamente inverificables.

El físico, que pone estas cantidades de tiempo, maneja una visión del tiempo ya creado durante la expansión. Él mismo es parte de esa expansión. Por eso, es como si el tiempo creado reflexionara sobre su propia creación; como si fuera autorreflexivo o se midiera a sí mismo. Algo sorprendente.

Este Universo inicial era absolutamente oscuro. Los fotones que constituyen la luz estaban inmersos o absorbidos en aquel plasma originario totalmente caótico[7]. Cuando los fotones empiezan a separarse y adquirir consistencia propia, el Universo de la materia empieza a iluminarse. El Universo se ilumina a sí mismo. No se explica cómo y por qué surgieron los fotones. No se sabe si cada uno alumbraba por sí mismo sin juntarse con los demás, porque aún no había centros luminosos como las estrellas. No se explica qué fue lo que hizo que el plasma originario se fue convirtiendo en partículas y entre ellas los fotones.

Se van poniendo fechas del enfriamiento progresivo y la correspondiente aparición de la materia estructurada. Esto sucede unos 350.000 años después del estallido originario. Se presenta la fuerza de la gravedad, aunque no sepamos cómo surgió ella misma, como la gran organizadora de la materia en planetas de todo tipo, en estrellas,  galaxias y racimos de galaxias. Y ya tenemos el Universo actual “plenamente explicado” desde sus orígenes.

¡Milagroso poder de la gravedad, aunque no se sepa de dónde procede o cómo se forma! Ante tantos milagros, no es extraño que S. Hawking haya dicho que la hipótesis de Dios es innecesaria, porque el Universo, afirma, es “autoconsistente”.http://Habló Stephen Hawking. La hipótesis de Dios no es necesaria. El El Universo es autoconsistente

La bolita originaria y su expansión,

un artificio físico-matemático

Como conclusión de todo mi análisis me atrevo a decir que la física-matemática no mide la bolita originaria, sino que la crea. Sin embargo, la misión fundamental de las matemáticas es medir  la realidad material, nunca crearla. El físico teórico sigue un complicado proceso matemático de ecuaciones que le conducen a esa realidad artificial originaria. Su lenguaje matemático sólo está al alcance de unos pocos. El no especialista en él no puede juzgar si se dan pasos en falso o no.

Sin embargo, cuando ese lenguaje se quiere transcribir a un lenguaje corriente, aparecen los pasos en falso que oculta el lenguaje matemático. Se trata de pasos gratuitos, faltos de lógica y que carecen de justificación real. Se trata de todos los porqués sin respuesta ya descritos anteriormente. Se dan muchos saltos en el vacío.

La bolita originaria parece una realidad que tiene que existir, porque la exigen ciertas ecuaciones matemáticas. Aquí  las matemáticas no se emplean para medir la realidad, sino para crearla.

Tal vez de ahí provenga la gran dificultad que tienen los autores y defensores de la teoría del Big Bang, para expresar en lenguaje no matemático o lenguaje corriente  lo que quieren afirmar. El lenguaje corriente no tiene medios para expresar esa realidad artificial sin caer en incoherencias e incluso contradicciones.

Una muestra es este texto de M. Abril Domingo:

… si el volumen inicial del Universo era nulo, su densidad sería infinita. Y así debió de ser puesto que estamos diciendo que el Universo no existía y. a partir de un instante dado, comenzó a existir. Esto implica que el tamaño inicial no es que  fuera muy pequeño (tamaño infinitesimal), sino que tenía un valor nulo, sí existía, en cambio, energía y, por tanto, la densidad de energía por unidad de volumen sería infinita[8].

Ante textos como éste, sólo queda decir que quien pueda entender que entienda. Sólo había energía, sin espacio, sin tiempo, sin volumen, y, por tanto, sin materia. Vamos, como si fuera un espíritu puro, una especie de “dios originario”, capaz de sacar de la nada todo el inmenso Universo de materia y energía, que conocemos.

Sin embargo, tenía densidad  infinita, temperatura infinita, gravedad infinita. Infinitos no le faltan. Sólo queda decir que se trata de un bolita milagrosa, que, a la vez, es nada y es el origen de todo.

Por otra parte, el hecho de que la bolita originaria esté plagada de infinitos indica que la teoría no es muy consistente. Los infinitos son una mala señal en este caso.

Ante este complicado lenguaje, el físico Malcoln Longair reconoce que

… sobre la física del Universo en un estado tan extraordinario sólo podemos especular, ya que nuestro conocimiento de las fases iniciales del Universo seguirá siendo incompleto hasta que se encuentre  … una nueva física[9].rto

 El problema que deja abierto es el de suponer que una nueva Física podrá resolver tantas incongruencias y contradicciones de la teoría del Big Ban sobre el origen del Universo.

 

Por qué considero un mito
la teoría del Big Bang

La respuesta más directa y sencilla es porque cumple los condiciones del concepto de “mito”.

En mi libro Paraísos y Utopías. Una clave antropológica[10] analizo los distintos significados que se dan a la palabra griega “mito”. Los reúno en tres grupos. En un primer grupo recojo los significados más ordinarios: mito se entiende como leyenda, fábula, relato no histórico, cuento, etc. En un segundo grupo, los significados de “noticia”, “nueva”, “mensaje”. Este es el sentido más originario de mythos  y fábula. Este significado llega a tener una gran fuerza en el comportamiento de sus adeptos.

Hay, además, un tercer grupo, que también es importante; el de sentido volitivo. Es el mito como “resolución”, “decisión”, “proyecto”, como “modelo de conducta”. Los modernos estudios del mito le atribuyen, entre otras funciones, la de ser paradigma, modelo moral y ejemplar.

Entre todos los significados que se dan a la palabra “mito” aplico aquí le definición que le dio el químico, filósofo y teólogo Raimond Panikkar:

Mito es aquella creencia más allá de la cual ya no se hacen preguntas”.

De acuerdo con esta definición, hay muchas clases de mitos. Los más destacados por su influencia práctica en la vida de las personas están los mitos de los orígenes y los mitos escatológicos.  Los primeros intentan responder a la pregunta de dónde venimos los humanos y todo el Universo

Como la teoría del Big Bang es una teoría sobre los orígenes del Universo, quiero hacer ver que cumple las condiciones de un mito de los orígenes.

De hecho, algunos defensores de esta teoría, inquiridos sobre los orígenes del Átomo Primigenio o bolita originaria y por qué explotó en lugar de seguir como estaba contestaron que no se hacían esas preguntas. La toman como un punto de partida y basta. Lo mismo sucede con cada uno de los pasos que se dan en su expansión: ¿por qué se separan las cuatro fuerzas fundamentales que, en la bolita, eran supuestamente una sola? ¿Por qué el plasma originario rompe su caos interno para ir organizándose en partículas, núcleos, átomos, estrellas, planetas, galaxias, etc.? Demasiadas preguntas que sus autores no se plantean o no quieren hacerlo, porque no tienen respuesta. Sin embargo, siguen creyendo en la validez de la teoría.

Los mitos de los orígenes de otras culturas también son teorías y también tienen su fundamento en las observaciones del Universo tal como era conocido en los tiempos en que se formaron.

Muchos dirán que esta teoría es científica y que nada tiene que ver con un mito. Y es que se basa en datos científicos, no en puras imaginaciones. El mito de un Paraíso Original, que se repite en muchas religiones, es imaginado también a partir de datos empíricos, los que estaban al alcance de los que crean el mito.

En todas las tradiciones culturales existe algún mito de los orígenes. El ser humano no es capaz de prescindir de la pregunta por el origen de todo lo que existe y, por supuesto, por su propio origen. Las religiones hacen un esfuerzo por explicarlo. Cada una crea su propio mito de los orígenes. Aquí voy a tener en cuenta uno de los más conocidos en la cultura occidental: el mito bíblico, y compararlo con la teoría del Big Bang.

 

El mito bíblico y el mito del Big Bang:

-El mito bíblico quiere dar una respuesta a la ineludible pregunta sobre el origen último de toda la realidad que nos rodea: el Universo como totalidad. Es la misma intención de la teoría del Big Bang (y también de las otras teorías modernas). Comparten el mismo objetivo.

-El mito bíblico, para su respuesta, sigue el principio de causalidad: no hay efecto sin causa. Los mismo se hace en el Big Bang. Se trata, no sólo de un principio filosófico, sino también del principio que rige toda la investigación y el progreso científicos.

-En esa tradición era muy fuerte la fe en un ser trascendente, creador de todo lo que existe. En la teoría del Big Bang es muy fuerte la fe en las posibilidades de explicación que tiene la ciencia moderna. La tendencia hacia el cientificismo es una tentación de muchos científicos. Está muy arraigada la fe en que lo que la ciencia no puede explicar hoy lo podrá explicar mañana.

-Los autores bíblicos parten del supuesto de que el Universo por ellos conocido no se pudo crear a sí mismo. Su razonamiento de fondo es que nada se puede crear a sí mismo. Este principio es de lo más razonable. Cualquier mente humana lo intuye de forma espontánea. Lo contrario parece un absurdo.

Sin embargo, y como ya dije anteriormente, en la teoría del Big Bang, un físico tan destacado como Stephen Hawking sostiene expresamente que el Universo es autosuficiente y que, por tanto, la hipótesis de un Dios Creador no es necesaria.http://Habló Sthephen Hawking: La hipótesis de Dios no es necesaria. El Universo res autoconsistente

Es el momento de preguntar cuál de las dos respuestas es más razonable, porque ninguna de las dos es demostrable ni filosófica ni científicamente. Pero no tienen la misma solidez racional. La hipótesis bíblica respeta el principio de que no hay efecto sin causa y, si existe el Universo, tiene que tener una causa de su existencia distrinta a él mismo.

Ese principio es el que rige toda la ciencia moderna. Ella observa fenómenos e intenta buscar sus causas. Es más, los físicos que crean la teoría del Big Bang buscan descifrar cuál fue la causa de la existencia del actual Universo. Sin embargo, a la hora de responder cuál fue el origen más originario de este Universo o cuál fue el origen de esa bolita milagrosa y todopoderosa, no responden a la pregunta o dicen que no se la plantean. ¿Acaso es científica esta actitud? ¿Por qué renuncian a seguir el principio de que no hay efecto sin causa o el de que nada se puede crear a sí mismo?

Los físicos de esta teoría siguen guiados por el principio de causalidad, que ya I. Kant lo consideró como innato a la mente humana, pero renuncian a él cuando se encuentran con preguntas para las que no tienen datos para responder. No pueden responder a las preguntas de por qué existía aquel Átomo Primigenio o de por qué explotó en lugar de seguir como estaba o de por qué pasó de ser un plasma caótico a formar partículas muy definidas y un Universo maravillosamente organizado, etc. etc.  A pesar de todos esos inconvenientes, son muchos los científicos que siguen creyendo en esa teoría.

El mito bíblico parece, entonces, más razonable e incluso más científico, porque responde a la pregunta sobre el origen último y porque sigue hasta el final el principio de que no hay efecto sin causa, aunque responda con una creencia: la de la existencia de un Creador trascendente al Universo que crea.

-El mito bíblico quiere llegar a la Causa Última o Primera Causa, más allá de la cual ya no caben preguntas. Se trata de la causa no causada, que es eterna y trascendente al Universo causado. En este punto, la teoría del Big Bang es menos consecuente y es que se niega a dar respuesta a la pregunta por la Causa Última. Su respuesta es una realidad, que, por ser lo que es, exige su propia causa: el Átomo Primigenio de Lemaitre o bolita originaria, que no se sabe de dónde salió.

-El mito bíblico identifica la Causa Originaria con un ser personal: el Dios creador. Se trata de un ser inteligente, que lo crea todo con un sentido: lo crea todo en función de otro ser personal: el hombre. La Creación tiene un sentido para el hombre, que crea la respuesta, es decir, el mito de los orígenes por excelencia. El ser humano adquiere un puesto en el Universo, que da sentido a toda su existencia.

En el Big Bang, la Causa Última se identifica con un misterioso ser anónimo, que carece de voluntad libre, que opera ciegamente, sin que se sepa por qué lo hace. Su energía creadora no es una energía personal como la del mito bíblico. Se parece más al dios ciego de los griegos: el Destino.  La respuesta a todo lo que hace es simplemente por que sí. no hay intencionalidad alguna. La pregunta por el sentido de la existencia humana se queda sin respuesta.  

-El Creador bíblico lo crea todo a partir de la nada absoluta. En esto, la bolita originaria también tiene un poder creador a partir de la nada: crea las grandes fuerzas de la Naturaleza ya aludidas. No existían diferenciadas en la bolita originaria. En ella nada de lo que existe actualmente en el Universo estaba diferenciado. Todo era como un plasma caótico. Como en los mitos de otras muchas religiones, todo surge del caos. Por eso, para llegar al universo ordenado actual, esos mitos ponen un Ordenador originario. En la filosofía de Platón se llama Demiurgo.

El Big Bang no sólo renuncia a seguir aplicando el principio de causalidad al no responder a la pregunta por el origen de la bolita. También renuncia a otro principio fundamental: el que afirma que en el mundo material nada se crea ni se destruye, sino que se transforma.

En el mito bíblico queda muy claro que en el momento de la Creación entran en juego tres seres libres: Dios, el diablo y el hombre, es decir, Yahvé, Satanás y Adam y Eva. Dios crea, porque quiere. Satanás se convierte y actúa como fuerza del mal, porque quiere. Adam y Eva desobedecen al Creador, porque quieren. En el fondo del mito la libertad es la fuerza que mueve a todas las demás.

En el Big Bang, la libertad no parece tener hueco. El Destino marcado por la milagrosa bolita originaria no deja sitio alguno para la libertad. Se trata de un proceso ciego, sobre todo en sus primeros pasos, que en unos casos desconoce el porqué de lo que sucede y en otros aplica sin más las leyes físicas conocidas. El hombre libre se queda en un mero producto de la expansión de la bolita originaria.

Por tanto, si el hombre no es libre, los autores y defensores de esta teoría tendrían que explicar por qué y para qué existe el Derecho, los Tribunales de Justicia, Los Parlamentos que establecen las leyes, los Códigos Penales (si no hay libertad no hay delito). Tampoco es capaz de explicar por qué existen las religiones, basadas siempre en el uso de la libertad: sin libertad no hay pecado ni castigo, ni méritos, ni cielos ni infiernos. Todas estas creaciones culturales de las que el ser humano vive el día a día se vuelven absurdas.

El Big Bang tiene, por tanto, un grave problema antropológico, que ni sus autores ni sus críticos tienen en cuenta. Y es que no es indiferente defender una teoría cosmológica que defender otra. Es muy importante deducir las consecuencias antropológicas que se siguen de cada una.

Yo preguntaría a los defensores del Big Bang si se consideran libres. Si dicen que sí, preguntaría como surgió su libertad, a pesar de que todo el proceso de la expansión es totalmente determinista. ¿Acaso ya estaba condensada en la bolita originaria?

Si dicen que no son libres, entonces su teoría surgió necesariamente, no por una libre investigación. Los mismo sucedería con las otras teorías que le hacen competencia. Son teorías en las que no cabría el error, aunque sean diferentes y se contradigan. Todo se vuelve un gran absurdo.

La respuesta del Origen Último del Universo parece que sólo puede ser de orden metafísico y que no está al alcance del método científico moderno. Estos científicos del Big Bang no quieren saber nada de la metafísica, pero terminan dando respuestas meta-físicas, porque no encajan en la física actual. Ellos mismos dicen que es necesaria una nueva física, que, de momento no existe. ¿No será que la Física, en último término, no puede prescindir de la metafísica?

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Última corrección: 19-07-2023

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NOTAS
[1] Comentarios a la descripción del Big Bang en el libro
“225 PREGUNTAS SOBRE LA NATURALEZA DEL UNIVERSO, que siempre quiso saber, pero nunca se atrevió a plantear”, de Mariano Abril Domingo. Marcombo, S. A., 2018. España.
[2] Mariano Abril Domingo, o. c., p. 307. Es importante señalar aquí que las teorías físico-matemáticas que
terminan en infinitos tienen alguna incoherencia o algún fallo.
[3] NB: En la exposición de esta teoría se manejan cantidades de años que recuerdan al mito hindú de las Cuatro Edades. Se trata de cantidades imaginarias que quieren expresar una determinada sucesión del tiempo, que en absoluto se puede verificar y ni siquiera deducir a partir de los pocos datos de que se dispone para ello. Véase en M. Abril Domingo (o. c., pg. 308) la cantidad que se pone para medir el primer segundo tras la explosión : cero, coma y una serie de 42 ceros más el 1; o la cantidad para medir el tamaño de la bolita originaria: cero, coma, y una serie de 31 ceros más el 1. Son cantidades prácticamente impronunciables. Aquí la exactitud de la matemáticas brilla por su ausencia. Se trata de cantidades mitológicas para cerrar las preguntas por el tiempo tras la explosión y por el tamaño de la bolita antes de ella. Ese tipo de cierres son típicos de las creencias mitológicas sobre los orígenes del Universo.
[4] En mi artículo “Infinito, matemáticas y Dios” trato de las incongruencias y aporías de este concepto de infinito (Revista Logos, nº 115, pp. 31-72. México 2011.
[5] M. Abril Redondo, o. c., p. 310.
[6] Cfr. Abril Domingo, o. c., p. 311.
[7] El mito del caos para explicar el origen del Universo se da en otras muchas tradiciones.
[8] Abril Domingo, o. c., p. 309.
[9] Cfr. Abril Domingo, o. c., p. 309.
[10] J. Avelino de la Pienda: Paraísos y utopías. Una clave antropológica. Ediciones Paraíso. Oviedo. 1996.

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