Son los mismoshttp://LOS POBRES Y SU MANIPULACIÓN

Los comunistas españoles son los mismos bajo distintas siglas y partidos. En las democracias occidentales el comunismo marxista no tiene mucho éxito en las respectivas elecciones de cada país. Ante tales fracasos electorales opta por camuflarse bajo distintos nombres con el fin de evitar el rechazo que producen los nombres «comunismo marxista-leninista», «comunismo marxista-estalinista», «comunismo marxista-maoísta» o «comunismo soviético». Aquí recojo las principales  máscaras con que se presenta el Partido Comunista  en España. Se trata de los partidos Izquierda Unida, Partido Feminista Español, el partido etarra Bildu y Podemos o Unidas Podemos, Partido Nacionalista Galego, etc. Hay que tener en cuenta que el partido Unidas Podemos se subdivide en en varios partidos; lo de «unidas» es para disimular la desunión.

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Los partidos comunistas de España son aparentemente distintos. Se presentan con denominaciones diferentes y con distintas siglas. Sin embargo, la ideología es la misma. Son las mismos perros con distintos collares.

Sí, son los mismos: Los “indignados”, los del “11 M”, los “salvadores de los desahuciados”, los “acosadores” de las sedes y los domicilios de políticos del PP, los que van a la cabecera de las manifestaciones “antisistema”, los “ocupas”, muchos “ecologistas”, los etarras, etc. Sí, son los mismos. Van en el mismo barco. No les va el sistema democrático. Les encanta la dictadura al estilo estalinista, como la Cubana o la de Vietnam del Norte o la China.

 

 

 

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Son los oportunistas de cada problema social que surge para erigirse en salvadores. Son los “amigos” de todos los “desgraciados” de la sociedad, de todos los “pobres” y «marginados». http://LOS POBRES Y SU MANIPULACIÓN No sabrían qué hacer, si no tuvieran a quien salvar. Y es que no valen para otra cosa: solo para “salvar” a alguien o a algo. Y, si no tienen a quien salvar, se lo inventan.

Por otra parte, necesitan de un determinado “enemigo”, que tenga imagen de ser tan dictador y tan violento como ellos. Y, si no lo tienen, se lo inventan. Por eso, llaman “fascista” a todo aquél que no comulgue con su ideología. Convierten la palabra “fascista” en un insulto o en una acusación. Para ellos es como lo que es el Demonio para los creyentes de otras religiones: la fuente de todo mal.

Arnaldo Otegui, representante del comunismo etarra vasco

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Su ideología es su religión: algo sagrado,http://MARXISMO, RELIGIÓN DEL ODIO por lo que están justificados a matar, a insultar, a acosar, a ocupar lo que no es suyo, a mentir, a calumniar, etc. Cuando no están en el poder, ocultan su identidad marxista-leninista o marxista-estalinista. Les gustan las siglas ligadas a acontecimientos sociales en los que se hacen protagonistas y celebrar sus aniversarios. Las cambian según las circunstancias. Sin embargo, siempre son los mismos.

Son muy valientes cuando están en grupo. Se ocultan en la colectividad. Individualmente son bastante cobardes. Su catadura personal individual es bastante pobre. Quieren el poder por medio de la violencia callejera. En la libertad de las urnas fracasan. Y ese fracaso excita su odio a la democracia. Por eso son antisistema. Les gusta vestir con ropas oscuras y desdejadas como repulsa a las formas que consideran burguesas y capitalistas.

Son dogmáticos y doctrinarios. O estás con ellos o te ponen en contra de ellos. A pesar de su pobreza cultural, se creen poseedores de la Verdad. Y para imponer su Verdad, justifican todos los medios: violencia, mentira, calumnia, acoso, ocupación de lo ajeno. Todo vale para alcanzar su fin. Esa es su moral, que es la negación de toda moral. Esa es su religión, que es la negación de toda otra religión.

 

Pablo Iglesias, promotor del partido comunista Podemos.

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Su fanatismo no se distingue del de los talibanes, los de Al Qaeda o de otros movimientos radicales musulmanes, como los islamistas. Sin embargo, hay una importante diferencia: nuestros marxistas nunca se inmolan por su propia causa, como hacen muchos islamistas En eso son muy cobardes. Les gusta la inmolación, pero la de los demás, la de sus “enemigos”. No se conoce que ni uno sólo de los comunistas etarras se haya inmolado en defensa de su nacionalismo vasco. Sin embargo, asesinaron a muchos inocentes. Cuando llegan al poder, como en Cuna, en Nicaragua o en Venezuela, no reparan en eliminar a sus enemigos políticos por los medios que sean.